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EL DESAFÍO DEL COLEGIO MUNDO DE ALEGRÍA
 
 
Directora Masami Matsumoto
 
 
1.      INTRODUCCIÓN
 
              6 de febrero de 2010, es una fecha especial que una vez más recibo en la posición de directora del Colegio Mundo de Alegría. Recuerdo aquel día lleno de esperanza y preocupación cuando mi pequeño equipo de colaboradores y yo recibimos 13 niños peruanos en aquella vieja oficina, fue el momento en que comenzó toda nuestra carrera. Desde entonces, tuvimos que ir por caminos difíciles, por momentos sentir que se luchaba contra el viento y estar dentro de la misma tempestad, llevando de la mano a esos niños, y esporádicamente sentirse beneficiado por algún viento a favor. En este día, 6 de febrero de 2010, cumplimos exactamente 7 años desde el inicio de esta maratón. Hoy podemos oir voces de aproximadamente 100 vigorosos niños esparciendose por los corredores del nuevo edificio del colegio. No podemos abandonar a esos niños. Después de 7 años, estoy firmemente decidida en sujetar cada vez más fuerte esas manitos que nos son extendidas.
 
              “¿Por qué decidió fundar un colegio para extranjeros?”, - es lo que siempre me preguntan cuando conozco a alguien por primera vez. Esto es porque soy japonesa. A continuación con mucho gusto responderé explicando la historia de la fundación del Colegio Mundo de Alegría hasta su situación actual, los principales problemas y la lucha para resolverlos, así como nuestros deseos y metas.
 
2.      EL ENCUENTRO CON LOS NIKKEIS
 
              En 1991, fui contratada por una gran empresa del sector automovilístico localizada en el Ciudad de Hamamatsu, Provincia de Shizuoka. En esa empresa, trabajaba en la División de Selección de Personal del Departamento de Recursos Humanos. Mi labor era la de intérprete y encargada de contratación de nikkeis (descendientes japonenes), ocasión en que tuve los primeros contactos nikkeis.
 
              Como se sabe, Japón hizo una revisión de su Ley de Inmigración en 1990, era el modo de crear medios legales para permitir el trabajo a personas nisei (segunda generación) y sansei (tercera generación) originarios de América Latina. En esa época, Japón se encontraba en una difícil situación por falta de mano de obra, en contraste con América Latina que pasaba por una inestabilidad económica, originando la llegada de una gran cantidad de personas nisei y sansei para el : “país donde se gana dinero”, Japón.
 
              La falta de mano de obra también había alcanzado a la empresa donde yo trabajaba. Japón vivía una época de expansión en producción en el transcurso de la “burbuja económica” y las empresas se disputaban entre sí el contrato del mayor número de trabajadores. Anuncios a nivel nacional para contratación de mano de obra temporaria presentaban resultados mediocres y los recién graduados del colegio permanecían poco tiempo en el trabajo después de la contratación. En este sentido, se convirtió en objetivo principal para las empresas garantizar la mano de obra con mayor índice de permanencia en el empleo y ser capaces de mantenerse en el mismo empleo por periodo de tiempo más largo, surgiendo la decisión de contratar directamente a los nikkeis de Perú y de Brasil.
 
              A consecuencia de ello, nuestro equipo encargado de contratación de personal pasó a cuidar a los trabajadores en todo aspecto de sus vidas en Japón, incluyendo la recepción en el aeropuerto y el servicio de apoyo en el mismo trabajo. Los nikkeis que llegaban, hijos y nietos de japoneses, tenían “apariencia de japoneses”, mas por nada de eso dejaban de ser extranjeros. Eran pocos los que hablaban japonés, en un nivel básico, sin hablar del nivel de conocimiento sobre la sociedad y costumbres japonesas, que estaba casi en cero. En la mayor parte del tiempo, mi trabajo era informar sobre las reglas básicas japonesas, y mi duda era como hacer para que se acostumbrasen a la vida en Japón y pudiesen trabajar de forma adecuada, quiero decir que era una funcionaria multifuncional, resolver los problemas cotidianos y servir de consultora para quejas y preocupaciones. Para mí, el fin de la semana era algo que ya no existía. El teléfono no paraba de sonar, y para cada “¡Masami!, ¡Masami!”, iba corriendo para ver lo que estaba ocurriendo. Dentro de esos casos, hubo uno bastante triste que jamás olvidaré. Un niño que había llegado de Perú para visitar a su papá “dekassegui” (trabajador emigrante), había sufrido un accidente y estaba en una situación en que podía morir de muerte cerebral. En esa época estaba en el octavo mes de embarazo. Sin embargo, a pesar de la enorme barriga salí corriendo para ayudar a esa familia desesperada en salvar a su niño. A pesar de los esfuerzos el niño falleció y ayudé para que el cuerpo fuese enviado por vía aérea de vuelta a Perú. Es un recuerdo muy triste.
 
              Después de este episodio me aparté de la empresa para cuidar de mi hijo recién nacido, mas después de mi renuncia igualmente seguí manteniendo contacto con la comunidad nikkei, sea en forma de intérprete voluntario, profesora particular o consultora para dudas.
 
 
3.      EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS AGRAVA LA SITUACIÓN
 
              En esa época, la mayoría de los nikkeis que venían a Japón tenían como objetivo trabajar como “dekaseguis” (trabajadores emigrantes), con planes de retorno a su país de origen en 2 ó 3 años. Muchos nikkeis que regresaban a sus países después de su breve estadía en Japón no conseguían establecerse en su tierra natal como pretendían. Teniendo en cuenta que podían percibir decenas de veces más trabajando en Japón que en sus respectivos países; decidían retornar por segunda vez a Japón. Pocos de estos trabajadores se establecieron en este país. Considerando que no hay límite para seguir renovando las visas que poseían, así como la flexibilidad existente para obtener la visa permanente, estas facilidades servirían de motivo adicional para acelerar el proceso de fijación o de residencia permanente en Japón.
 
              Asi como aumentaba la tendencia de residir en Japón, también aumentaba la tendencia de traer a sus niños quienes habían sido dejados en su tierra natal para vivir juntos. Cuando esos niños aún eran muy pequeños la situación en cierto modo era controlable, mas los problemas se agravaban en el momento en que esos niños alcanzaban la edad escolar. En el época de ingreso de los niños a la escuela primaria, las familias eran obligadas a decidir por una de las dos opciones disponibles. Una de ellas era enviar a sus niños de vuelta a su país de origen, para ser educados en su tierra natal. En estos casos, lo más común era que los niños regresen solos para su país y sus padres permanezcan en Japón para continuar trabajando, estando los menores solos al cuidado de sus parientes. O sea, los niños eran arrancados de sus padres, en especial de sus madres, en el momento en que más necesitaban la presencia cercana de ellos, una gran brecha entre la escuela primaria y la secundaria. Este alejamiento por un largo periodo de tiempo hacía que la relación familiar se tornara más lamentable, surgiendo hasta casos de niños odiando a sus propios padres por el motivo de haber sido “abandonados” por ellos. En nuestra escuela hubo un caso de un niño que regresó después de 8 años de alejamiento de los padres, y no conseguía llamar “mamá” a su propia madre. Por otro lado, los propios padres no sabían como resolver la situación, teniendo en cuenta la carga de un cierto sentimiento de culpa por estar alejados durante todo este tiempo, criando una situación de relación familiar bastante compleja, con dificultades para ambos lados.
 
              La otra opción sería la permanencia del niño en Japón junto a sus padres, ingresando en una escuela pública japonesa. Los padres que practicamente no hablaban japonés siendo una lengua extranjera para todos los miembros de la familia, el niño era obligado a estudiar con base sobre esa “lengua extranjera llamada japonés”.
 
              Imaginémonos a nosotros mismos siendo colocados en un clase con aulas en ruso, de un momento a otro, sería imposible entender la teoría de las clases. Es imposible imaginar el gran impacto emocional sobre el niño; se trata de un problema bastante serio. Aunque un niño esté capacitado para mantener una conversación simple en japonés, esto difiere de la capacidad en términos de fluidez lingüística necesaria para ser educada en esa lengua. Generalmente esta situación origina “malos entendidos” en términos de dudas en cuanto a la capacidad intelectual del niño que supuestamente “habla japonés fluido”, mas “va mal en los estudios...”. No se trata de falta de capacidad intelectual del niño, mas sí de dificultad de aprendizaje a consecuencia de la barrera lingüística. Hay que reconocer que no eran pocos los casos de niños nikkeis en la escuela siendo objetos de intimidaciones agresivas “ijime” a consecuencia de diferencias culturales, lingüísticas y de contumbres.
 
De hecho, la mayoría de niños matriculados en nuestra escuela, oriundos de escuelas japonesas, habían sido víctimas de esas agresiones. Sea por motivo de “ijime”, sea por motivo de dificultad de aprendizaje, no eran pocos los niños que iban abandonando las escuelas públicas japonesas. Aunque tuviesen suerte de concluir el nivel secundario, solamente una pequeña parte de ellos tienen el privilegio de continuar los estudios en el siguiente nivel escolar. La mayoría de los jovenes habían abandonado los estudios e ingresado al mercado laboral. Dentro de los jóvenes que habían comenzado a trabajar desde temprana edad, no fueron pocos los que desafortunadamente caerían al mundo de la delincuencia. Desgraciadamente existían casos en que el diálogo con los padres se tornaba cada vez más difícil. A menos que los padres se dediquen en enseñar la lengua materna en casa, para los niños que frecuentan la escuela japonesa la tendencia será la de ir olvidando su lengua madre a punto de imposibilitar una conversación del nivel más simple con sus propios padres. Es difícil imaginar una situación de esas, mas está sucediendo de hecho, casos de creación de barreras lingüísticas dentro del propio hogar, entre padres e hijos. Se trata de la desaparición de la lengua común y universal de la familia. Una familia con bajo nivel de comunicación tiende a crear frustraciones debido a la falta de comprensión mutua, lo que no deja de ser una situación bastante triste.
 
4.      MOTIVOS QUE LLEVARÍAN A LA FUNDACIÓN DEL COLEGIO MUNDO DE ALEGRÍA
 
              En la época que estaba cuidando de mi hijo, sin tener la mínima idea de lo que estaba sucediendo con los niños nikkeis, situación que relaté anteriormente, recibí una consulta por parte del Señor Cónsul de Perú, persona con quien ya mantenía contacto y amistad, en el sentido de apoyarlo en la organización de un foro educacional. Acepté el pedido para trabajar como voluntaria.
 
              En octubre de 2002, los foros educacionales fueron organizados en la ciudad de Machida, Provincia de Tokio, y en la ciudad de Hamamatsu, Provincia de Shizuoka, ambas regiones con gran concentración de residentes peruanos, sobre los auspicios del Consulado General de Perú en Tokio. El evento fue organizado como resultado de una solicitud enviada por los profesores peruanos, en el propio Perú, al Ministerio de Educación de ese país. Primero, esos profesores demandaron: “los niños de padres dekasseguis en Japón estan en situación crítica, pues aunque regresen a Perú no consiguen seguir las clases, siendo necesario educar a los propios padres que están trabajando como dekasseguis en Japón”. Segundo, muchos de esos padres que estaban trabajando en Japón no demostraban gran interés en educar a sus hijos, una vez oí “no hay necesidad de colocarlos en la escuela pues luego regresarán a Perú”. Habían inclusive, casos de padres que mantenían a sus hijos en casa para que cuidasen a sus hermanos más pequeños, de modo de economizar en las mensualidades de las guarderías. Con el fin de educar ese tipo de padres, el Ministerio de Educación de Perú resolvió enviar un funcionario a Japón. El objetivo era elevar el interés de los padres en cuanto a la situación educativa de sus hijos e impedir que el futuro de esos niños fuesen comprometidos. De mi parte, quedé en shock al constatar en ese simposio que la situación de los niños nikkeis viviendo en Japón era mucho más grave de lo que imaginaba.
 
              Después del cierre del simposio de Machida, me comuniqué con varios peruanos con niños en edad escolar, personas que había conocido en la época en que trabajaba en Hamamatsu, para convencerlos en participar del simposio de Hamamatsu. Aparecerían varios rostros que me traen muchos recuerdos. Después del cierre del foro, fui abrumada con consultas de padres preocupados por la educación de sus hijos. Dudas tales como: “Mis hijos no consiguen seguir las clases en la escuela japonesa, por no entender japonés”, “tengo una gran preocupación al saber que mis hijos están siendo víctimas de agresiones por parte de sus compañeros de escuela”, “aunque matricule a mis hijos en la escuela japonesa, no sé como están las cosas por allá porque yo mismo no sé hablar japonés”, “tendré problemas al regresar a nuestro país, pues al enviar a nuestros hijos a la escuela japonesa pasarán a enteder japonés, mas perderán la capacidad de comunicarse en nuestra propia lengua”, “dejé a mis hijos con parientes allá en nuestro país, mas estoy lleno de tristeza”, etc.
 
              Fue entonces que me pidieron, con lágrimas en los ojos: “Matsumoto-san, ¿no podría la señora fundar una escuela para nosotros? Si hubiese una escuela donde se pudiese aprender español, los niños irían mejor. Japón es un país cerrado, y nosotros los extranjeros tenemos poderes limitados...”. Las cosas estaban caminando para una dirección que ni yo misma tenía previsto. Quedé sin saber que hacer. ¿Qué hacer al final? Y así se fue abriendo camino para la fundación del Colegio Mundo de Alegría.
 
5.      DESDE LA FUNDACIÓN HASTA EL RECONOCIMIENTO
 
              No tengo palabras para describir los caminos que recorrimos desde la fundación de la escuela, en febrero de 2003, hasta hoy. Cuando se iniciaba la escuela aún creía que se trataba de una función que sería ejercida por el Gobierno y que por lo tanto, iría a recibir el apoyo de ellos. Del momento que nuestra escuela educaba niños con dificultades en las escuelas japonesas por motivos de idioma, encontraba natural que tendríamos a nuestra disposión los edificios de los centros comunitarios y otras instalaciones públicas en desuso. Al consultar esas instituciones, recibí una firme respuesta: “no prestamos para cursillos particulares”.
 
              Al recordar hoy esos hechos pasados, puedo decir que fundé este colegio sin la mínima idea de lo que estaba haciendo, solo me dejaba llevar por el ímpetu de ayudar a los niños. Por otro lado, si hubiese estudiado con calma no habría fundado este colegio.
 
              La cruel y fría realidad vino después. Para comenzar, igual queriendo fundar un colegio, no tenía como conseguir un lugar. Es decir, la respuesta era siempre “no”, solamente por el hecho de tratarse de “extranjeros”. Peor aún, si la actividad implicaría una “reunión concentrada” de extranjeros, que sería obvio si se trata de un colegio. No tengo idea cuantas inmobiliarias visité. Finalmente conseguí alquilar una vieja oficina de una inmobiliaria sugerida por un amigo del amigo del amigo...
 
              No disponía de recursos como para contratar profesores de Perú. Al contrario de ello, seleccioné profesores que ya estaban trabajando en Japón como “dekasseguis”. Todo esto sucedió en una velocidad relámpago, solamente a un mes y medio después del simposio.
 
              El próximo paso era conseguir alumnos. En la reunión de información asistieron alrededor de 50 familias, mas solamente 13 alumnos se matricularon. Grande fue la sorpresa al ver que aquellos padres que habían manifestado su deseo de tener un colegio de este tipo no hayan matriculado a sus hijos. Algunos padres peruanos me dijeron “esa es la forma de ser de los peruanos”, mas yo misma no entendía nada. Es posible que no hubiese obtenido la confianza necesaria por parte de los padres debido a nuestras humildes instalaciones.
 
              Mas no había otra forma que comenzar con esos 13 alumnos. En esa época la mensualidad era de 46 mil yenes, incluyendo la mensualidad de las aulas, comidas, material escolar y transporte. El equipo de funcionarios estaba compuesto de 2 profesores, un chofer y un funcionario peruano. Los salarios de los funcionarios, el alquiler del local, los gastos de agua y luz se sumaban a los gastos corrientes de esta nueva iniciativa. Para economizar los gastos de contratación de mano de obra, yo misma hacía un poco de todo: chofer, servidora de comida, profesora de japonés y limpieza, todo lo que estaba dentro de mi capacidad. Sin embargo, por más que me esforzase, no había como librar las cuentas de cantidades en rojo. Cada fin de mes quedaba perpleja al ver el saldo de mi cuenta personal de ahorros siendo reducida de forma continua. La escuela había sido fundada con fuerte deseo, quiero decir, “dar educación para mayor número de niños”, mas no había forma de reducir el valor de las mensualidades, los objetivos iniciales no eran posibles de lograrse. Y ni en eso fui doblegada por la fuerte sensación de falta de capacidad y poder. Cada vez se me hacía más doloroso tener que ir hasta el colegio que yo misma creé.
 
              Para una familia con varios niños, la mesualidad de 46 mil yenes es cara. La meta de todos los días era “reducir el costo de las mensualidades”, mas a nuestro colegio que era visto como nada más que un cursillo particular, no había medios como recibir subsidios de quien quiera que fuese, y el déficit no paraba de acumularse. Estaba desapareciendo mi cuenta de ahorros, y durante más de dos años hice el camino hasta el colegio desde mi casa en Yokohama, sin recibir ningún salario. Teniendo en mente el firme propósito de pasar a recibir subsidios a través del reconocimiento oficial como colegio.
 
              Toqué las puertas del Ministerio de Educación, del Gobierno de la Provincia de Shizuoka y de la ciudad de Hamamatsu, varias y varias veces, mas para recibir el apoyo público era necesario tener el reconocimiento oficial y para recibir tal reconocimiento una pared erguida por la legislación parecía impenetrable. Me sentía que me encontraba dentro de un largo túnel en medio de la oscuridad. Una de las condiciones para ser reconocido como colegio misceláneo era “tener terreno y edificio” y debido a que tenía que ser “propio” era casi imposible obtener el reconocimiento. En tanto, cuando consulté al Ministerio de Educación me dijeron: “No hay problemas para el reconocimiento sobre el contexto de la legislación actual, pudiendo ser reconocida sin poseer terreno y edificio propios. Busqué por mientras una sede del gobierno regional con poderes para conceder el debido reconocimiento”. Así, me dirigí a la sede del Gobierno Provincial, autoridad con poderes para conceder el reconocimiento, donde oí la misma respuesta: “Para asegurar la estabilidad de la gestión escolar, es preciso que el terreno y el edificio sean propios”. Nadie me quería informar sobre que documentos serían necesarios para obtener el reconocimiento. En medio de la total desilusión, la única fuente de consuelo para mí era el apoyo de la División Internacional del Municipio de Hamamatsu (en esa época sector Internacional). En ese intervalo, cerca de 60 alumnos habían abandonado la escuela, por falta de condiciones de pago de las mensualidades. No había nada que hacer, solo despedirme de esos niños con mucha amargura. “ ¿Qué será de esos niños?”, solo de pensar en ello las lágrimas corrían por mi rostro.
 
              En enero de 2004, el Sector Internacional del Municipio de Hamamatsu me informó que el Gobierno de la Provincia iba a proporcionarnos una audición relativa al proceso de reconocimiento. El 21 de enero fui hasta la sede del Gobierno de la Provincia de Shizuoka, acompañada de los funcionarios del Sector del Gobierno de la Provincia de Hamamatsu, cuando por primera vez me explicarían sobre los documentos necesarios para el reconocimiento. Igualmente me informarían que la Provincia de Shizuoka estaría estudiando las normas propias del reconocimiento. En marzo del mismo año el Gobierno de la Provincia de Shizuoka anunció sobre su “modelo Shizuoka” de reconocimiento, en la cual decía que sería posible reconocer una escuela, igual sin terreno y edificio propio, desde que obtenga una carta de recomendación por parte del Gobierno Municipal donde iba localizarse el colegio. Coincidentemente, fue en la época en que habíamos acabado de recibir del Gabinete del Primer Ministro la autorización de registro de colegio como Organización Sin Fines de Lucro (NPO), iniciativa que tomamos como objetivo principal para dejar de ser un simple “cursillo particular”. Con ello, en mayo de 2004, entramos con los requerimientos para el registro de colegio misceláneo y en diciembre de 2004 nos convertimos en la primer colegio de extranjeros de Japón hecha para sudamericanos reconocida como colegio misceláneo. Pasaron dos años desde la fundación, y finalmente conseguimos reducir el valor de la mensualidad y celebramos con euforia el hecho de poder atender más niños.
 
6.      CON EL CORAZÓN HECHO TRIZAS POR LA DECISIÓN DE CERRAR EL COLEGIO... HASTA LA LLEGADA DE LA SALVACIÓN
 
              Pasada la euforia por la conquista del reconocimiento como colegio misceláneo, recibí una noticia que me hizo dudar. El Gobierno Municipal me había informado que el valor del subsidio sería de 1,45 millones de yenes anuales. Pensé que habían cometido un error en un decimal. Esto porque había sido informada sobre el subsidio de 20 millones de yenes ofrecido al Proyecto Canarito, una iniciativa de política de emergencia conducida por el Gobierno Nacional, donde el Municipio de Hamamatsu ofrecía aulas de enseñanza para los niños extranjeros que habían abandonado la escuela. Se trataba de una iniciativa que cubre solamente el periodo de tarde, durante algunas horas, y tres veces por semana. De este modo, creía que nuestra escuela, que es diaria y tiene una duración aproximada de 8 horas lectivas, podría ser beneficiada en por lo menos 10 millones de yenes. Mi estado de ánimo disminuyó. Por el valor recibido, podría disminuir las mensualidades en máximo mil yenes. Estaba demasiado lejos de nuestro sueño el reducir las mensualidades  alrededor de 10 mil yenes. Si no se reducía las mensualidades, no había como aumentar la cantidad de alumnos. Considerando que el déficit se iba acumulando, llegué a la conclusión de que no habría más condiciones para mantener el colegio funcionando. No había más perspectivas futuras y con el corazón hecho trizas decidí clausurar el colegio. Esto fue en enero de 2005, cuando teníamos sólo 14 alumnos matriculados.
 
              En el proceso de la clausura de las actividades, pasé a visitar las personas que hasta enconces nos habían ayudado, ya sea de forma material o no, explicándoles la razón de la clausura del colegio y agradeciendo el apoyo recibido hasta entonces. Esto llegó a oídos del presidente de una empresa. Me dijo que no podíamos desperdiciar todos los esfuerzos que habíamos hecho hasta entonces, e inmediatamente tomó la iniciativa de contactar a las empresas de la región.
 
              En marzo de 2005, se decidió que recibiríamos una donación de 20 millones de yenes, monto recolectado entre 53 empresas establecidas en la región. Sentí como si hubiese recibido una bendición divina en pleno infierno. Con este apoyo, conseguimos finalmente reducir las mensualidades en menos de la mitad como habíamos soñado durante tanto tiempo. Los alumnos que eran 14, a finales de marzo aumentaron a 50. Después de esto, la cantidad alumnos continuó aumentando y en agosto de 2005 fuimos reconocidos como identidad jurídica educacional.
 
7.      SITUACIÓN ACTUAL DE LAS ESCUELAS Y LOS PROBLEMAS PENDIENTES
 
              En enero de 2010, el local del colegio cambió de ubicación. A consecuencia del proceso de fusión de municipios, el Municipio de Hamamatsu resolvió reformar una antigua instalación municipal y transformar el primer piso en Centro de Apoyo y Orientación Educacional para Extranjeros y el segundo piso en escuela prestando este espacio para nuestro Colegio Mundo de Alegría. Se trata de la primera vez en todo el territorio japonés que una escuela de extranjeros ocupa un espacio público como edificio escolar y se puede decir que esto refleja una firme decisión expresada por el Municipio de Hamamatsu en favor de la “política de convivencia Multicultural”. Nuestro antiguo local era tétrico, la madera del piso ya estaba desgastada y se estaba despegando. No había lugar para que los niños jugasen y durante el intervalo de descanso se reprimían en las esquinas de las escaleras o en el pequeño espacio de la entrada, únicos lugares donde se podían divertir. Los salones de clases estaban cerrados por paredes sin ventanas, tan estrechos para desplazarse en el interior que inevitablemente se chocaba con las esquinas de las carpetas que ocupaban todo el espacio. No habían baños y lavabos en cantidades suficientes ni una sala de apoyo para el area administrativa y profesores. Es decir, era un falta de eso, de aquello,... Hoy, en las nuevas instalaciones, podemos ver la luz del sol penetrando en los salones a través de las enormes ventanas pareciendo dar un brillo redoblado por las sonrisas de los niños. El sueño del edificio escolar finalmente fue conquistado.
 
              Actualmente tenemos cerca de 100 alumnos. Las mensualidades para los niños de inicial y primaria es de 15 mil yenes mensuales y para los estudiantes de secundaria la mensualidad es de 20 mil yenes. Estos valores son menos de la mitad de lo que se acostumbra cobrar en las escuelas extranjeras sin hablar de las decenas de niños que se benefician de la exención total de las mensualidades o reducciones adicionales a  consecuencia del desempleo de los padres. Mientras tanto, estos mismos valores continuan aún siendo altos en comparación con las escuelas públicas japonesas; de modo que en medio de esta crisis económica que se arrastra desde el año pasado, no tenemos como asegurar a los niños que nos van abandonando. La situación de los alumnos de la escuela es siempre volátil, con nuevos alumnos ingresando, otros regresando a sus países, otros siendo transferidos a otras escuelas, etc. La contabilidad continúa registrando déficit mensual de cerca de 1,5 millones de yenes y esos valores están siendo cubiertos a través de donaciones adicionales de las empresas de la región.
 
              En el párrafo anterior mencioné que la escuela fue resucitada gracias al apoyo de las empresas de la región. Sin embargo, la promesa de ayuda era válida para solamente 3 años. En ese intervalo, la escuela tenía que ser reconocida como identidad jurídica escolar y volverse independiente financieramente, a través de esfuerzos propios. Para esos entonces, los efectos de la crisis financiera mundial tocaron a nuestras puertas, con muchos de los padres perdiendo sus empleos y siendo los subsidios públicos totalmente insuficientes. Igualmente siendo reconocida como identidad jurídica escolar, el total de sudsidios recibidos por el Gobierno de la Provincia y el Gobierno Municipal todavía está lejos de los valores entregados a las escuelas japonesas. Manteniéndose bajas las mensualidades los gastos de conservación y el mantenimiento del colegio se acumulaban y cada vez la situación era más difícil. Las empresas de la región acordaron dar apoyo por 2 años más, sin embargo, debido a la deteriodada situación también para las empresas, el valor de las donaciones obtenidas en el años fiscal 2009 fue solamente un quinto del valor inicial. Uno de los obstáculos de conseguir donaciones por parte de las empresas es el hecho que esas empresas no pueden declarar esas donaciones en sus declaraciones de impuesto de renta. Para obtener este beneficio el colegio tendría que ser reconocido como institución de interés público. Por lo tanto estamos contactando con el Ministerio de Educación, presentándonos con los presidentes de las empresas y al mismo tiempo estamos haciendo gestiones junto al Ministerio de Educación para obtener derecho de recibir los mismos valores de subsidios destinados a las escuelas regulares o escuelas del Artículo 1.
 
              Con el objetivo de economizar las cuentas, procuro recorrer las instalaciones del colegio apagando las luces encendidas sin necesidad. Obviamente estas medidas no iran a resolver nuestro problema.
              Solucionar esta situación de inestabilidad en la gestión del colegio y mejorar la difícil situación financiera en que se encuentra son los asuntos más relevantes que estamos enfrentando actualmente.
 
8.      METAS DEL COLEGIO MUNDO DE ALEGRÍA
 
              El objetivo de nuestra actividad educacional está en niños llenos de orgullo y confianza propia, capaces de definir sus sueños futuros. Son niños que estarán aptos para resolver diferentes problemas que encontrarán en el futuro por medios propios, haciendo que sus sueños se conviertan en realidad. Esos niños actuarán con éxito en varias actividades futuras, sirviendo de puente de conexión entre Japón, Perú y Brasil, contribuyendo con el desenvolvimiento de la comunidad internacional. Deseamos que esos niños cuando sean jóvenes puedan decir: “fue bueno haber venido a Japón”, y “fue bueno haber estudiado en aquel colegio”. Nuestra meta es dar esa oportunidad a todos los niños. No dejar a ninguno de ellos en algún lugar de la calle.
 
              Por lo tanto, ¿qué es lo que necesitamos hacer ahora? Formar una identidad propia en los niños y enseñar su idioma, la cultura y costumbres de Japón, país donde viven.
              La lengua materna es imprescindible para formar sus propias identidades. La característica de educarlos en su propia lengua materna reside de hecho en que los niños podran recibir apoyo de ambos lados, o sea por parte del colegio y por parte de la familia. Se crea así una relación de cooperación con miras a educar a un niño. Esto irá a contribuir inclusive en detectar a tiempo algún atraso en el aprendizaje o algún problema que estaba afectando al niño. En muchos casos, el aprendizaje en las escuelas japonesas dificulta la identificación del problema del alumno sea de tipo originario, la falta de fluencia verbal o alguna deficiencia médica en el desenvolvimiento mental del niño.
              Por otro lado, la lengua materna es el lazo que une la familia, o sea en esencia es la raíz del niño. Sin una noción de su propia raíz, no hay como el niño respete a sus padres y tampoco que los padres críen a sus hijos. Principalmente cuando los niños estan en edad escolar en el nivel de primaria o de secundaria, fase en que son comunes los conflictos entre padres e hijos, es un proceso natural en que tanto los niños como los padres aprendan de esos conflictos. Este proceso no ocurre sin la existencia de una lengua común (materna) en la familia. Seguidamente les contaré un caso que oí directamente de un policía: al llamar a los padres de un joven que fue llevado a la delegación por actos delictivos, no había como instruir a los padres, porque estos no hablaban japonés y tampoco se podía pedir al joven que sirviese de intérprete, pues el mismo trataría de librarse del castigo. Además el propio joven tenía dificultad en entender portugués, de modo que no había como los padres llamaran la atención a su hijo.
 
              Por lo expuesto, es tan necesario el conocimiento de la lengua materna y el conocimiento de la lengua japonesa. Esto porque los niños viven en Japón en este momento y la mayoría de los padres no están decididos si retornar a sus países en el futuro o permanecer aquí. En ese sentido el ambiente en que los niños están viviendo es inestable y necesitamos crear condiciones para que ellos puedan abrir caminos futuros en múltiples direcciones.
 
              No podemos descartar la posibilidad de que los niños continuen sus estudios superiores aquí mismo en Japón. Por el hecho de entender el japonés la posibilidad de continuar estudiando irá a aumentar, ampliando futuras opciones profesionales del niño. Existe una gran diferencia entre “no ir (continuar los estudios) o no poder ir”, a consecuencia del ambiente inadecuado en que vive, y “no ir a pesar de poder” por cuestiones personales. Así hacemos énfasis en la enseñanza de la lengua japonesa, con miras de liberar a los niños de las condiciones de “no ir por no poder ir”. Nuestro objetivo es que los niños culminen el nivel secundario y así mismo la universidad en Japón forjando su propio futuro.
 
              Igualmente importante, además del aprendizaje de la lengua es educarlos sobre la cultura y costumbres japonesas. Esto porque para sobrevivir los niños tendrán que ir batallando en medio de la sociedad japonesas. Manteniéndose la eterna disculpa de que son extranjeros, no será posible abrir camino para la conquista del éxito en el contexto de la sociedad japonesa.
 
              En resumen, mantener su orgullo propio es seguir de frente rumbo a la conquista de sus sueños.
 
 
9.      NUESTRO SUEÑO
 
              Entendemos que es imprescindible para los niños la creación de un esquema de coordinación y cooperación de las escuelas japonesas y las escuelas para extranjeros. En el mundo real existe una gran barrera entre ambos, creados por la legislación imposibilitando una coordinación necesaria en beneficio de los niños. Esto es lamentable pues el ideal de criar y proteger a los niños es igual tanto para las escuelas japonesas como para las de extranjeros. Existen cosas solamente posibles de ser hechas en escuelas japoneas y otras solo en escuelas extranjeras; por ejemplo, en noviembre del año pasado transferimos a un alumno peruano del tercer año de secudaria para el colegio japonés de secundaria. Nuestro objetivo era crear una posibilidad para que el joven asista a la preparatoria el año siguiente. Si fuese aprobado en el examen de selección el joven asistiría a nuestra escuela durante el día y a la preparatoria japonesa en el turno nocturno teniendo como meta o futuro el ingreso a una universidad.
 
              Con esta misma estrategia, el hermano de este mismo alumno había ingresado la Universidad Provincial de Shizuoka. Actualmente el hermano está cursando el segundo año de Economía y Política en el Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Relaciones Internacionales de la referida universidad. Hace unos días atrás ese joven nos visitó y nos contó sobre las actividades universitarias en que tomará parte en el año lectivo hasta iniciarse sus sueños de trabajar en el sector financiero internacional en el futuro. Antes de partir nos prometió que vendría a ayudarnos durante el descanso de primavera de la universidad.
 
              El hermano menor, objeto de nuestro ejemplo, estudió 1° y 2° año primario en escuela pública japonesa. En el 3° año cuando la dificultad se eleva repentinamente, decidió transferirse para nuestra escuela. Así se puede decir que es un niño que recibio un “baño de imersión en japonés”, de modo que se perfeccionó en la lengua japonesa, imprescindible para su vida cotidiana, en el momento en que el nivel de comprensión exigía conocimientos más complejos, decidió educarse en su propia lengua materna, de modo a dedicarse mejor en cada área de estudio. Así como el caso de su hermano mayor, que puede decirse es un caso con buen resultado de educación bilingüe.
 
              Fortalecer el nivel de conocimiento de la lengua japonesa en una escuela extranjera es algo difícil, por otro lado educar un niño en una escuela japonesa tiene sus límites. Manteniendo al niño en la escuela pública japonesa se percibirá la necesidad de fortalecer el conocimiento de su lengua materna transfiriendo al alumno al colegio extranjero de su lengua, en este caso pueden existir situaciones inversas. Nuestro sueño es que críe esta relación de coordinación entre ambos tipos de colegios, de modo que permita soluciones flexibles para que el niño pueda frecuentar cualquiera de los dos sistemas, dependiendo de la necesidad o proceso de aprendizaje en aquel momento específico. De la forma que está, tengo la impresión que la capacidad intelectual del niño está siendo aplastada por la pared erguida de la legislación “da al César lo que es del César”, quiere decir que cada parte irá a ofrecer lo que mejor tiene para que el niño pueda aprovechar de la mejor forma lo más conveniente. Con esto, estoy conciente que los resultados de enseñanza ofrecidas por ambas partes irán a elevar de manera significativa el avance del niño.
 
10. EPÍLOGO
 
              Recibí una buena noticia el día que cumplíamos el 7° aniversario.
 
              Me refiero a un ex-alumno que estudió en nuestro colegio y que nunca podré olvidar. Era un alumno peruano de aquella época de fundación del colegio. Era un alumno transferido de una escuela japonesa. Este niño que tenía una apariencia triste se fue recuperando día a día y su rostro radiante servía de incentivo para mí, en esa época donde estaba envuelta en serios problemas de gestión del colegio y pasando por grandes dificultades. En esa época me prometí a mí misma que no debería jamás cerrar el colegio, para que este niño pudiese tener donde estudiar. Al año siguiente la madre de ese niño tuvo otro hijo teniendo por eso que parar de trabajar y estando imposibilitada de pagar las mensualidades hizo que el niño abandonase el colegio. Antes de partir el niño me confesó lo siguiente: “Profesora, y si yo fuera a escuela japonesa estaría solamente sentado en mi carpeta. No consigo estudiar. Me tratan de extranjero, tanto en Japón como en Perú”. Esas palabras quedaron grabadas en mí. No podemos dejar que los niños sigan así, para esto tengo que ir luchando, me prometí a mí misma. Este niño tenía conocimiento insuficiente de su lengua materna, tanto del español como del japonés, en otras palabras al contrario de ser bilingüe era semi-lingüe.
 
              Es de este niño de quien recibí una llamada. Él me dijo que estaba concluyendo la secundaria en la escuela japonesa y que quería frecuentar el nivel secundario en el colegio de la profesora Matsumoto. Es decir, asistir al Colegio Mundo de Alegría.
 
              Mi deseo es que el colegio Mundo de Alegría sea un lugar de aprendizaje y además un lugar donde los niños extranjeros se puedan sentir tranquilos.
 
              El colegio Mundo de Alegría: colegio que tuvo un inicio de forma totalmente repentina debido a mi afición. Empezó con ímpetu, mas luego perdió el aliento. Igual así, no tiene como parar. No existe una opción de abandono de carrera. Sin embargo, en medio de esa carrera loca, de vez en cuando somo presentados como esos tipos de momentos felices.
 
              Tal vez haya sido simplemente “suerte de principiante”, mas con todo lo sucedido, ¡continuaré firme en esta carrera!
 
C.E.P. Mundo de Alegrìa
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goaisatsu.jpg 私たちは南米から働きに来た人たちの子供たちが勉強する機会を失うことなく、また母国語を忘れずアイデンティティーを持ちながら日本社会で共生出来るような人材を育成する教育機関を設立しました。子供たちに学ぶことの楽しさを伝えていきたいと思います。

代表 松本 雅美

C.E.P. Mundo de Alegrìa
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“Mundo de Alegría” en japonés significa “Yorokobi no Sekai"

 

  Damos a todos los niños la alegría de aprender

 
“¿Por qué usted fundó un colegio extranjero?” Eso es lo que siempre me preguntan cuando conozco a alguien por primera vez. Responderé a esa pregunta, aquí
 
Aquí resaltan las bonitas sonrisas de los niños, pero esos niños no están aqui por su propia voluntad. Son niños que fueron traídos a Japón por sus padres en busca de beneficios económicos, niños en la cual no saben el motivo de estar aquí en Japón.
La mayoria dice: “¿Japonés? Si es un colegio extranjero” es por que la mayoria de los niños en esta escuela tienen rostro de japonés, ya que tienen descendencia japonesa. Podrán tener rostro de japonés, pero la mayoria de sus padres no saben el idioma japonés, por lo tanto, su lengua materna no es el japonés, es decir, para ellos el japonés es un idioma extranjero y Japón un país extranjero.
Son niños confundidos que repentinamente fueron expulsados a un mundo muy distinto, niños que no pueden ir al nido ni a la escuela y en el caso que ingresen se deprimirían por no comprender las clases que son realizadas en japonés.
Cuando yo era pequeña mi madre me reprendía diciendome “No culpes el entorno por no poder estudiar”, sin embargo eso se puede decir en el caso de un niño(a) japonés(a). Hace 7 años supe que en la realidad existen niños que no pueden estudiar por “culpa del entorno”, y eso hiso cambiar mi vida.
 En el periodo infantil se aprende juegos de la infancia, los niños de primaria aprenden juegos y estudios de primaria, los de secundaria aprender los estudios secundarios, cada quien aprende lo que tiene que aprender en su debido momento. Pienso que eso es nuestra responsabilidad como adultos. Por circunstancias de los adultos no se debe de crear “La era de no estudiar” para los niños.
La razón de que no pueden ir al colegio y no comprenden las clases, no es por la falta de capacidad de los niños, sino por el idioma japonés, y nosotros debemos de eliminar esa situación, ya que les impide que tengan sueños en su porvenir. Por eso el colegio dicta las clases en sus lenguas maternas. Por ejemplo, en la materia de Ciencia, Tecnología y Ambiente existe una palabra que es “fotosíntesis”, comprender el concepto de esa palabra en un idioma extranjero, que es el japonés en este caso, es algo muy difícil para ellos. Esa es la razón por que los extranjeros no comprenden las clases, pero si saben tener diálogo de la vida cotidiana, estando en una escuela estatal de Japón. Pienso que se les sería más facil comprender en su lengua materna.
Continua el desafío del colegio Mundo de Alegría, hacer que los niños tengan sueños en su porvenir y que ellos mismos decidan hacer en su futuro. También formar personas que asuman y dirijan la sociedad simbiótica y que sobresalgan en la sociedad.
 
C.E.P. Mundo de Alegrìa
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Damos a todos los niños la alegría de aprender
 
 
Colegio Mundo de Alegría
Directora : Masami Matsumoto
 
Aquí resaltan las bonitas sonrisas de los niños, pero esos niños no están aqui por su propia voluntad. Son niños que fueron traídos a Japón por sus padres en busca de beneficios económicos, niños confundidos que repentinamente fueron expulsados a un mundo muy distinto, niños que no pueden ir al nido ni a la escuela y en el caso que ingresen se deprimirían por no comprender las clases que son realizadas en japonés.
Cuando yo era pequeña mi madre me reprendía diciendome “No culpes el entorno por no poder estudiar”, sin embargo eso se puede decir en el caso de un niño(a) japonés(a). Hace 7 años supe que en la realidad existen niños que no pueden estudiar por “culpa del entorno”. En el periodo infantil se aprende juegos de la infancia, los niños de primaria aprenden juegos y estudios de primaria, los de secundaria aprender los estudios secundarios, cada quien aprende lo que tiene que aprender en su debido momento. ¿Qué tal si tratamos de aprender a sumar y a restar después de los 20 años de edad? Después de ser adulto ya es muy tarde.
Nuestra responsabilidad como adultos es hacer que todos los niños aprendan lo que tengan que aprender en su debido momento, sin importar en que parte del mundo estemos.
Las sonrisas de los niños de esta escuela es gracias a todos ustedes por su comprensión y a su cálido apoyo. Junto a todos los niños les brindamos nuestra profunda gratitud y esperamos agradecidamente que nos sigan brindando su apoyo.
 
 
 
 
 
 
 
 
2002
 
Octubre de 2002
Masami Matsumoto (Actual directora y fundadora del colegio Mundo de Alegría) fue solicitada por el cónsul de Perú para que pertenezca al personal voluntario del foro sobre educación realizado por el Consulado de Perú en Tokyo.
 
En ese entonces la directora Masami Matsumoto cuidaba de sus hijos, era una ama de casa residente en Yokohama.
El propósito del foro sobre educación era explicar la importancia que tienen los estudios para los hijos de peruanos que residen en Japón.
Dentro de las familias que llegaron a Japón por 2 o 3 años en busca de beneficios económicos se ha visto muchos casos en que los padres dejan a sus hijos en casa sin darles oportunidad de ir a una escuela estando en una edad que deberían estudiar. El origen de esta situación era por la falta de escuelas peruanas en Japón y por no poder adaptarse a la escuela japonesa por no saber el idioma; sin embargo, al regresar a Perú el problema se agrava, los niños no llegan a comprender los estudios y repiten de año por el tiempo educativo vacío que tuvieron en Japón. Por esa razón los profesores de Perú dieron sus quejas al Ministerio de Educación de Perú para mejorar los estudios de peruanos residentes en Japón.
 
Noviembre de 2002
Se realiza foro sobre educación que organizó el Cónsul General de Perú en la ciudad de Machida(Tokyo) y en la ciudad de Hamamatsu en la Prefectura de Shizuoka (ambas ciudades con gran número residentes peruanos).
 
Masami Matsumoto trabajó en la compañía Suzuki en el sector de empleos en la parte de contrato de nikkeis (descendientes japoneses) en los años 90 cuando por la enmienda de la ley de inmigración una gran cantidad de descendientes japoneses habían entrado al país. Muchos descendientes acudieron a ella y por eso se podría decir que también hizó el papel de “ventanilla de consulta”, para esas personas y sus familiares.
Después del foro se reencontró con muchos peruanos que se quejaban sobre la situación de sus hijos, diciendo: “Están en la escuela japonesa, pero no comprenden nada porque no saben el idioma”, “Es duro estar solamente sentado en hora de clases”, “Siempre está solo en la escuela”, “No puede ir a la escuela porque lo descriminaban”, “Quiere estudiar, pero no hay como”, “Sufrió de problemas psicológicos por estar encerrado en casa”, “Sufrió de Alopecia Circular y perdió la sonrisa” -Sí hubiera una escuela peruana traería a mi hijo que está en casa de un familiar- y al final dijeron: “Sra. Masami queremos una escuela segura para el bienestar de los niños. Porfavor, haga una escuela para esos niños”
 
 
 
De inmediato se empieza la búsqueda de un local en la ciudad de Hamamatsu. Primer paso hacia la fundación del colegio.
 
Algunos de ellos son brasileros o peruanos, pero para mi no fue mucho problema la nacionalidad. Solamente como adulto quise que todos esos niños que piden ayuda tuvieran oportunidad de conocer el beneficio de estudiar, así como yo lo tuve. Fue fuerte el deseo de que experimenten la alegría de poder ir a la escuela, de poder relacionarse y estudiar con sus amigos.
 
Diciembre de 2002
Se firma el contrato de alquiler del local
 
Matsumoto financió todo de su propio bolsillo, convenció a su madre convertiéndose ella en su garante.
Encontrar el local fue sumamente difícil. Casi no podemos contar las veces que nos encontramos con la pared de “No acecptamos Extranjeros”. Luego, por la recomendación de un conocido llegamos a Oroshi Danchi y recibimos el permiso del Sindicato de Oroshi Danchi gracias a que “ La Directora es Japonesa”.
 
Se define el nombre del colegio como “Mundo de Alegría”
 
El colegio es nombrado “Mundo de Alegría” por el sentimiento de entregar a todos los niños la alegría de aprender y estudiar.
 
 
 
 
 
 
2003
 
Enero de 2003
Día 19, se realiza reunión de explicación sobre el colegio (en Arura de Oroshishou Danchi)
 
Se tuvo la participación de más de 50 familias, más la mensualidad de 45,000 yenes mensuales que cubría los cursos, materiales, almuerzo y transporte es rechazado por la mayoría. Lamentablemente, por la parte administrativa era imposible bajar el precio de la mensualidad y derramando lágrimas tuvimos que dejar a muchos interesados.
 
Febrero de 2003
Día 3, se abre las puertas del colegio. Día 6, se realiza la ceremonia de apertura
 
Masami Matsumoto se convierte en directora y empieza con 13 alumnos, 2 profesores peruanos, 1 staff peruano y 1 japonés.
En la ceremonia de apertura del día 6 participaron el jefe de sección del sector Internacional de la ciudad de Hamamatsu, el Cónsul Peruano, entre otros.
La Directora Masami Matsumoto empieza a dictar los cursos de Inglés y Japonés, realiza la repartición de la comida, el transporte de los niños y otras cosas más. (Se encarga cualquier trabajo).
 
Julio de 2003
Reducción de mesualidad. De la actual mesualidad de 45,000 yenes a 38,000 yenes.
 
El número de alumnos cambió de 3 a 40 alumnos. Al mismo tiempo que aumentaba el número de nuevos alumnos, los alumnos que no podían pagar la mensualidad se iban retirando. La situación económica de los padres que son trabajadores dekaseguis no es estable, por esta razón la gravedad de esta va robando la oportunidad de educación de los niños. Los gastos educación de peruanos que tinen muchos niños se vuelve cada vez más cara; la Directora Matsumoto no podía más que ver a los padres llevarse a sus hijos que replicaban “No podemos pagar una mensualidad mayor a 40,000 yenes”. Sin dinero no se puede ni respetar “el derecho de los niños a tener educación”. -No se puede terminar derramando lágrimas por algo “ilógico”-. Dentro de una administración en déficit, se toma la difícil decisión de reducir la mensualidad. Al mismo tiempo se propone obtener el reconocimiento como colegio para solicitar ayuda monetaria pública.
 
Noviembre de 2003
Día 2, Primera Fiesta Cultural Escolar
Día 16, se realiza una asamblea dirigida a la fundación del NPO “MUNDO DE ALEGRÍA”
 
Desde la apertura del Colegio continuaba la difícil situación administrativa. La Directora Matsumoto pone todo sus fuerzas en reunir contribuciones. Sin embargo, se encuentra con el siguiente obstáculo: -como empresa no podemos entregar contribuciones a partculares-. Obtener el nivel de fundación se volvió un deber de urgencia. Inmediatamente se empieza los trabajos para la obtención del nivel.
 
Diciembre de 2003
Día 6, se participa en el concurso de oratoria patrocinado por la editoria de un periódico
 
 
 
 
 
2004
 
Enero de 2004
Día 21, para el reconocimiento como colegio se acude a la Sala de Desarrollo para Escuelas Privadas de la Prefectura de Shizuoka. La Directora Matsumoto junto a empleados del sector Internacional de la ciudad de Hamamatsu visitan el lugar. Al mismo tiempo de recibir la explicación sobre el reconocimiento se apela la situación actual del colegio.
 
 Antes de esto, Matsumoto por acto independiente visitó la Sala de Desarrollo para Escuelas Privadas de la Prefectura, mas “le tiraron la puerta en las narices”; La sala no entrega la solicitud por no cumplir con todos los requisitos. Por la recomendación del Cónsul peruano que nos indicó entrevistarnos con el encargado del Ministerio de Educación del sector de escuelas privadas para hacer consultas y empezar a visitar abiertamente los municipios. Dentro de ello, el sector Internacional de Hamamatsu nos presta apoyo. El motivo de que nos “cierren las puertas en la narices” es por no cumplir uno de los requisitos para el reconocimiento como COLEGIO “el tener local propio”. Por esta razón, el estado actual de todos los colegios extranjeros como los brasileros entre otros no pueden solicitar el reconocimiento.
 
Febrero de 2004
Día 6, Primera Fiesta Conmemorativa de la Fundación de nuestro Colegio
 
Se invitó al personal del colegio, representantes de Educación y partidarios para festejar y expresar el sentimiento de agradecimiento. En ese momento se acercó un alumno a Matsumoto y le dijo: “ Directora, Gracias por hacer este colegio para nosotros”. Estas palabras se quedaron al fondo de su corazón, y desde en ese momento en adelante se convirtió en el motor que le llena de coraje para superar los problemas que iban viniendo.
 
Mayo de 2004
Día 1, se presenta la solicitud para el reconocimiento como Colegio (→ Se obtiene el reconocimiento en Diciembre)
 
Diciembre de 2004
Somo reconocidos como Colegio
 
Somos reconocidos como el primer colegio extranjero sudamericano, por esa razón los medios públicos empezaron a difundir en gran escala esta noticia, y de todo el país se empiezan a abalanzarse pidiendo información sobre la mensualidad. Esto es porque la Directora Matsumoto había declarado publicamente que –“Desde que hemos recibido el auxilio del fondo público vamos a reducir la mensualidad”-. La misma Directora se alivia por haber abierto el camino a aquellos niños que no podían asistir a clases por la alta mensualidad que teníamos.
 
 
 
 
2005
 
Enero de 2005
La Directora Matsumoto llega a la decisión de cerrar el colegio
 
Si abrimos la tapa de la olla nos encontramos con que el apoyo se íbamos a recibir de la ciudad de Hamamatsu por el reconocimiento era solamente de 1,000,000 de yenes. Además, la prefectura prefectura declara que no iba a dar apoyo económico a una fundación NPO.
Matsumoto animaba a los padres de familia que demandaban la reducción de mensualidad por razones económicas, -Ya vamos a recibir el apoyo económico de la prefectura, así que porfavor mantengan a sus hijos en el colegio, hasta entonces hagan todo lo posible!!- Sin embargo, no llega a cumplir su promesa. Se seguía todos los meses con deficit administrativo, Matsumoto utilizó hasta sus pocos ahorrros, ella misma sin sueldo, aparte de eso hacía trabajos de traducción para cubir el déficit, sin embargo, todo esto tiene un límite. Al pensar en las caritas sonrientes, libres de preocupaciones de los niños se llenaba de una gran pena, mas ya no había más camino por recorrer. Matsumoto después del tiempo transcurrido hasta ahora y la amarga decisión tomada, envía por e-mail sus agradecimientos por el apoyo recibido y sobre la clausuración del colegio a su ex-superior de la Coorporación Suzuki.
 
Marzo de 2005
Día 25 Entrega de Donación económica
Se hace la entrega de 20 millones de yenes por parte de 51 empresas principalmente de la localidad.
 
El e-mail recibido de Matsumoto por su superior, es remitido al secretario del presidente de la Coorporación Suzuki que no dejaría este asunto de lado. A esto se agrega el gran interés e inquietud que el presidente Suzuki tiene por los problemas sobre los trabajadores extranjeros. Desde esto gracias a la llamada del vice presidente de la Cámara de Comercio e Industria el Sr. Yamauchi (asesor permanente de la Cooporación Suzuki), Sr. Yamamoto Vice presidente de la misma (Director General de la Coorporación F.C.C )(ambos en ese entonces) se empieza a recibir contribuciones de la Cooporación Suzuki, empresas de la misma conexión, empresas de igual relación a la coorporación Honda Instituto de Investigación de Tecnología, y es así que el colegio Mundo de Alegría renace. El fervor de Matsumoto de otorgar educación a los niños se reconoce como alto nivel de contribución hacia la sociedad. Recordando el pasado Matsumoto dice: “ He visto a Buda en el infierno”.
 
Reducción de la mensualidad
De la mensualidad vigente de 38,000 yenes a 15,000 yenes para alumnos de inicial y primaria y 20,000 yenes para alumnos de secundaria.
 Matsumoto inmediatamente después de recibir la contribución ejecuta la reducción de la mensualidad. El número del alumnado que había reducido a 14 alumnos hasta Marzo primero, en solo un mes aumentó a 50 alumnos.
 
Agosto de 2005
Día 19, se obtiene el nivel de semi centro de enseñanza con personalidad jurídica
 
El primer colegio sudamericano reconocido en todo el país. Matsumoto se alegra. –Ser reconocido por la sociedad como colegio es por encima de todo una luz que cae sobre todos los niños-.
 
 
 
 
2008
 
Marzo de 2008
Se recibe donación de 18 millones de yenes por parte de 56 empresas principalmente de la localidad
 
Dentro de la deprimente situación económica, el cálido apoyo llega a las manos de los niños por 4 años consecutivos.
 
 
 
 
 
2009
 
Enero de 2009
La ciudad de Hamamatsu manifiesta su interés de apoyar con un local para el colegio
 
La ciudad de Hamamatsu puso en claro su intención de prestar una parte del local del ex-municipio de Yuto. El local que se usó desde el inicio del colegio era una vieja oficina que fue modificada para salones de clase; por lo tanto, no tenía salón de música, campo de deportes, salón de ciencias, enfermería y biblioteca. En algunos salones no tenían ventanas, el número necesario de servicio higiénicos, lavados, ni siquiera salón de profesores entre otras cosas más. En medio de la escacez de ese lugar pequeño 100 alumnos se reunian para estudiar. Esto es sin lugar a dudas una buena noticia.
 
Por problemas de pago por parte de los padres debido a ser desempleados, se comienza a exonerar la mensualidad a los alumnos
 
El apoyo hasta ahora por parte de las empresas se vuelve difícil, la situación administrativa es alarmante, mas la voluntad de “no querer dejar a los niños sin un lugar donde estudiar” fue el motivo para decidir apoyar a los padres de familia en la búsqueda de trabajo y por otra parte exonerar la mensualidad a una parte del alumnado.
 
Septiembre de 2009
Día 18, visita del Embajador peruano. Alumnos de colegio presentan la difícil situación presente
 
Un alumno de 15 años de edad se presenta ante el embajador. –Yo estuve dentro de 5 meses junto con mi hermano menor en casa, todos días sin hacer nada. Antes estuve en el colegio, pero, mis padres al perder su empleo dijeron que íbamos a regresar a Perú por esa razón deje el colegio. Un día recibí una llamada de la Directora Matsumoto. “Si vas a estar en casa, mejor ven al colegio. No te preocupes por la mensualidad” es así que mi hermano y yo volvimos al colegio. “Por favor haga que niños como yo puedan venir al colegio también”-. Este fue el motivo para la decisión de entregar becas de estudios a 7 alumnos peruanos.
 
Octubre de 2009
Se abre aulas para niños que no reciben educación
 
Se decidé participar en la división “Niji no kakehashi” del Ministerio de Educación, mas el contrato avanzaba a paso lento. Entonces se empieza por cuenta independiente ya que no podíamos soportar hacer esperar más a esos niños.
 
 
 
 
2010
 
Enero de 2010
Día 6 a 7, nos transladamos al nuevo local en Yuto cho en el 2do piso del “Centro de apoyo de estudio para extranjeros de la ciudad de Hamamatsu”
 
C.E.P. Mundo de Alegrìa
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